Las probabilidades de sobrevivir a una parada cardíaca fuera del entorno hospitalario son escasas y dependientes de múltiples variables. El inicio precoz de una reanimación cardiopulmonar (popularmente conocida como RCP) practicada por testigos presenciales puede suponer la distancia entre la vida y la muerte de la víctima.
Las recomendaciones vigentes para realizar una reanimación cardiopulmonar enfatizan la necesidad de realizar un masaje cardíaco de calidad. Unas compresiones torácicas de alta calidad maximizan las probabilidades de supervivencia tras una parada cardíaca. Para conseguir unas compresiones de alta calidad, un reanimador debe aplicarlas fuertemente sobre el centro del pecho de la víctima, a un ritmo comprendido entre 100 y 120 por minuto.
A pesar de la aparente sencillez de estas recomendaciones, la proporción de reanimaciones realizadas por personas no sanitarias con un ritmo inadecuado de compresiones es llamativamente elevada. Al parecer, controlar mentalmente la velocidad de compresión no es tan sencillo, especialmente ante una situación de estrés.
Como estrategias básicas de control del ritmo de compresión se han utilizado metrónomos, habitualmente integrados en aparatos desfibriladores externos automatizados, que marcan el momento exacto en que debe comprimirse el tórax. Ante su ausencia, se ha sugerido la posibilidad de guiarse por el ritmo marcado por algunas melodías.
Tradicionalmente, canciones populares como “La Macarena” (en España) o “Staying Alive” (en el entorno anglosajón) han sido las más empleadas para la enseñanza de la RCP entre la población. De hecho, algunas experiencias previas ya han otorgado evidencia de que tararear mentalmente estas canciones mientras se realizan maniobras de reanimación resulta tan efectivo como un metrónomo para guiar el ritmo de compresiones. Pero actualmente, tal vez, esas piezas hayan quedado algo relegadas a nostálgicos de otras épocas.
Tomando como referencia el listado de temas más populares en 2021 según Los 40 Principales se ha calculado el tempo de cada canción mediante software (a través de https://songbpm.com). Aquellas composiciones con un ritmo comprendido entre 100 y 120 bits por minuto son las que marcarán la velocidad adecuada de compresiones torácicas para una reanimación cardiopulmonar. De este modo, no resulta complicado identificar los temas más idóneos para tararear mentalmente en caso de vernos en necesidad de aplicar compresiones torácicas.
Autoría: Sendoa Ballesteros.
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Este documento debe citarse como: “Ballesteros S. Estas son las canciones de este verano que podrían salvarte la vida. [Internet]. Enfermería Activa del Siglo XXI: blog abierto; 28 de junio de 2021. Disponible en: www.enfermeriaactiva.com”