La violencia contra las mujeres es un fenómeno de alta prevalencia en todos los países del mundo que se da y se mantiene por motivos múltiples. Entre ellos, la influencia de la socialización de las personas dentro de la llamada sociedad patriarcal, es uno de los más destacados: por esta razón, la violencia contra las mujeres se lleva a cabo con cierta aceptación de normalidad. La mutilación genital femenina (MGF), como forma específica y cultural de violencia contra las mujeres, cuenta con la aprobación, continuidad y hasta obligación de los grupos culturales y etnias en las que se practica.
La MGF es una práctica que implica la alteración o lesión de los genitales femeninos por motivos no médicos y que internacionalmente es reconocida como una violación grave de los derechos humanos, la salud y la integridad de las mujeres y las niñas. Por eso, el 6 de febrero se celebra el Día Internacional de Tolerancia Cero con la Mutilación Genital Femenina (1).
Se calcula que más de 200 millones de niñas y mujeres que viven hoy en día han sido víctimas de la mutilación genital femenina en 30 países de África, Oriente Medio y Asia, donde principalmente se concentra esta práctica (2). El Fondo de población de las Naciones Unidas (UNFPA) señala que se prevén 2 millones de casos de mutilación genital femenina entre 2020 y 2030 (3).
La mutilación genital femenina se clasifica en cuatro tipos principales, que van desde la resección parcial o total del clítoris y su glande en el tipo 1; con afectación además de los labios mayores y menores en el tipo 2 y la llamada infibulación o estrechamiento de la abertura vaginal, que se define como tipo 3. El tipo 4 son todos los demás procedimientos lesivos de los genitales femeninos con fines no médicos. Todos ellos, en mayor o menor medida, ya que los riesgos aumentan a medida que lo hace la gravedad del procedimiento, se asocian a un aumento de riesgos para la salud. Entre ellos, podemos destacar el dolor intenso, hemorragia, infecciones, problemas urinarios, lesiones de los tejidos genitales vecinos, shock hipovolémico e incluso la muerte. Estas complicaciones también tendrán otras consecuencias en la salud física, mental y sexual a largo plazo (1).
En la mayor parte de los casos, la MGF es realizada por circuncisoras tradicionales que suelen tener otras funciones importantes en sus comunidades, tales como la asistencia al parto. En la mayoría de los casos se practican en la infancia, en algún momento entre la lactancia y los 15 años (2). La MGF presenta diferentes simbolizaciones en cada uno de los grupos culturales o etnias que lo practican. Estas pueden estar relacionadas con el mantenimiento de la virginidad y, por tanto, del honor, con creencias de que aumenta la fertilidad y facilita el parto, por motivos de higiene y estética y considerada como rito de paso a la adultez, lo que conlleva la integración en su grupo étnico, entre otras muchas (4).
Es relevante señalar que, en un mismo país, pueden habitar etnias que practican y que no practican la MGF. Aparte de los países de procedencia, también podemos encontrar mujeres a las que le han efectuado la MGF o niñas en riesgo de que se lo realicen en los países a los que han emigrado (Imagen 1). En Euskadi, la cifra de niñas que potencialmente podrían sufrir MGF se calcula a través del número de niñas (de 0 a 14 años) registradas, provenientes o de padres provenientes de países donde se practica la MGF (5). Sin embargo, no se criba esta información por la etnia de procedencia, por lo que los números son siempre mayores al del número de niñas en riesgo real.
En nuestro entorno, las y los profesionales nos enfrentamos a ciertas barreras que nos impiden identificar lo relacionado con la MGF y las situaciones de riesgo para las niñas. Esto es debido a, entre otras razones, el desconocimiento sobre las personas inmigrantes que viven en nuestro entorno, en ocasiones acompañado de prejuicios. Además, se da una importante barrera de comunicación y cultural (6). La OMS se opone a toda forma de MGF y a que los/as profesionales de la salud realicen esta práctica (1), ya que la medicalización de la MGF ayuda a su perpetuación.
El trabajo de intervención preventiva de la MGF en Euskadi contempla la participación y coordinación de todos los ámbitos de intervención, es decir, de profesionales de la salud, educación, servicios sociales y también de entidades de personas migradas, entidades que trabajan con la población migrante procedente de países con prevalencia en MGF, así como del movimiento asociativo. Para ello, las principales herramientas con las que se cuenta son: El protocolo de Prevención de la mutilación genital femenina (MGF) en Bilbao: Orientaciones para profesionales del Ayuntamiento de Bilbao y la guía MGF, guía de actuaciones recomendadas en el sistema sanitario de Euskadi de Osakidetza (8).
BIBLIOGRAFÍA
- Organización mundial de la salud. Mutilación genital femenina. 2020. Acceso 07/01/2023. Disponible en: https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/female-genital-mutilation
- UNICEF. ¿Qué es la mutilación genital femenina? Respuestas a siete preguntas. 2020. Acceso 04/01/2023. Disponible en: https://www.unicef.org/es/historias/lo-que-debes-saber-sobre-la-mutilacion-genital-femenina
- UNFPA. Repercusión de la pandemia de COVID-19 en la planificación familiar y la eliminación de la violencia de género, la mutilación genital femenina y el matrimonio infantil. 2020.
- Dorkenoo, E.: Cutting the rose. Female Genital mutilation: the practice and its prevention, London, Minority Rights Publications, 1994.
- Emakunde. Mutilación genital femenina en la Comunidad Autónoma de Euskadi. Emakunde- Gobierno Vasco; 2016.
- Pérez-Urdiales,I.; Goicolea, I. ¿Cómo acceden las mujeres inmigrantes a los servicios sanitarios en el País Vasco? Percepciones de profesionales sanitarias. Aten Primaria. 2018;50(6):368-376.
- Bilboko Udala – Ayuntamiento de Bilbao. Prevención de la mutilación genital femenina (MGF) en Bilbao: Orientaciones para profesionales.
- Osakidetza, Emakunde, Gobierno Vasco. MGF guía de actuaciones recomendadas en el sistema sanitario de Euskadi. Servicio Central de Publicaciones del Gobierno Vasco, 2016.
Autoría: Iratxe Pérez. Editor responsable: Sendoa Ballesteros.
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Este documento debe citarse como: “Pérez, I. Mutilación genital femenina, un problema global que debemos erradicar [Internet]. Enfermería Activa del Siglo XXI: blog abierto; 6 de febrero de 2023. Disponible en: www.enfermeriaactiva.com”