Los accesos vasculares y la terapia intravenosa suponen una parte esencial dentro del trabajo de enfermería sobre todo en el ámbito intrahospitalario. Más de un 70% de pacientes porta algún dispositivo de acceso venoso (DAV) por lo que el uso y el cuidado de los mismos es hoy un aspecto fundamental que interesa tanto a los profesionales que los manejan como a los gestores y está también altamente relacionado con la seguridad del paciente. En España durante los últimos 5 años ha  ido surgiendo y expandiéndose un nuevo modelo de gestión de cuidado vascular basado en la creación de equipos dedicados exclusivamente a los cuidados vasculares, liderados por enfermeras. El objetivo de estos equipos es proporcionar de una manera temprana, en base a una valoración, el mejor DAV para cada paciente que garantice la administración de la terapia intravenosa prescrita con el mínimo número de complicaciones (1, 2).

Entre las herramientas clave del día a día de los Equipos de Terapia Intravenosa (ETI), también llamados Equipos de Acceso Vascular (EAV) o Equipos de Infusión y Acceso vascular (EIAV), está la realización de la valoración proactiva del paciente previo a la inserción de dispositivos. Esta valoración implica que antes del inicio del tratamiento intravenoso se tomen en cuenta aspectos como la expectativa de duración del tratamiento que se le va a pautar, tipo de medicación en relación al pH y osmolaridad, aspectos anatómicos del paciente (lesiones dérmicas, mastectomía, disminución en la movilidad), presencia de mal acceso venoso, obesidad…etc. Tomando en consideración estos items y, siguiendo unos algoritmos que proporcionan las guías de práctica clínica, se elige aquel DAV más adecuado en cada caso (3).

Los ETI además se valen de herramientas que favorecen el éxito de inserción, con alto porcentaje de que ésta se realice al primer intento. Para ello es fundamental que se utilice el ecógrafo que va a ayudar en la elección de la vena más óptima y va a posibilitar las inserciones en localizaciones adecuadas, disminuyendo la incidencia de complicaciones y garantizando un menor sufrimiento del paciente.

 

TIPOS DE DISPOSITIVOS DE ACCESO VENOSO (DAV)

Habitualmente estos equipos insertan DAV de media y larga duración para tratamientos intrahospitalarios y también para hospitalización a domicilio, evitando así el ingreso del paciente. Los dispositivos de media duración están orientados a tratamientos entre 6 días y un mes aproximadamente. El minimidline, es un catéter de media duración con una longitud de 10 cm aproximadamente cuya punta por lo general queda alojada en la zona axilar. La línea media también es un dispositivo de media duración, es un catéter más largo, en torno a 20 cm y la punta se posiciona en el tramo torácico de la vena axilar o en la vena subclavia. Tanto el minimidline como la línea media se utilizan muy frecuentemente en pacientes que precisan antibióticos por distintas causas, como, por ejemplo, los tratamientos orientados a tratar infecciones respiratorias.

Otro de los dispositivos insertados es el «catéter central de acceso periférico» (PICC) que es un catéter habitualmente canalizado para tratamientos con fármacos irritantes y/o de larga duración. Son catéteres más largos que los anteriormente descritos y se posicionan en vena cava superior en la entrada de la aurícula derecha (unión cavoatrial). Habitualmente se insertan en pacientes con necesidad de tratamiento quimioterápico o cuando se precisa administrar nutrición parenteral.

El «catéter venoso periférico corto», es el dispositivo más utilizado en el entorno intrahospitalario. Este dispositivo está orientado a tratamientos no irritantes de duración menor a 6 días. Los ETI también los insertan con ecografía en pacientes que presenta mal acceso venoso.

 

EL EQUIPO DE TERAPIA INTRAVENOSA (ETI)

Tras la inserción de los catéteres, estos equipos realizan un seguimiento de los mismos hasta su retirada dando respuesta a las posibles complicaciones relacionadas con ellos: flebitis, bacteriemia, trombosis, lesiones dérmicas, obstrucción, etc.

Además son impulsores de buenas prácticas entorno al cuidado, manejo del catéter y a las complicaciones relacionadas con los mismos. Igualmente son piezas clave en el ámbito de la investigación y en la formación de los profesionales, alumnos de pregrado, pacientes y familias en relación a los DAV.

Aunque estos equipos estén formados y liderados por enfermeras, es importante que creen una red de colaboraciones con otros profesionales implicados en la terapia intravenosa (radiólogos intervencionistas, farmacéuticos, microbiólogos, enfermeras de atención primaria…) para realizar una correcta valoración de los DAV o para la resolución de complicaciones durante y después de la inserción. También son determinantes en la gestión del recurso material y a la hora de actualizar o establecer nuevos protocolos y procedimientos relacionados con los cuidados y complicaciones de los catéteres.

Los ETI surgieron hace unas décadas en EEUU en respuesta a un modelo de cuidado vascular que tradicionalmente abusaba de catéter periférico corto, provocando el agotamiento del capital venoso del paciente y el sufrimiento del mismo. Así mismo suponían una garantía a la hora de manejar la dificultad de acceso venoso en pacientes con escaso árbol venoso u otros factores como fragilidad vascular, obesidad…

La literatura entorno a la efectividad de estos equipos es hoy aun escasa, basado en estudios observacionales más que en experimentales (4) pero los resultados ya señalan que son costo efectivos ya que aumentan el éxito en la inserción de los distintos DAV, con un alto porcentaje al primer intento (5, 6), disminuyen la incidencia de complicaciones relacionadas con los catéteres intravenosos (7), ahorrando recursos y ante todo, son altamente valorados por los pacientes (7). A pesar de la necesidad de ampliar la evidencia entorno a estos equipos, disponer en las organizaciones de profesionales dedicados exclusivamente al cuidado vascular con esta filosofía es altamente recomendable. Existen otros modelos de gestión del cuidado vascular basados en profesionales que exclusivamente implantan catéteres (modelo de equipos implantadores o “PICC team”), quedando a un margen aspectos tan fundamentales como el seguimiento de los catéteres, la respuesta a las complicaciones, la formación de los profesionales en cuidados vascular y en definitiva el fomento de una cultura de cuidado vascular basado en la adopción de buenas prácticas entorno a la terapia intravenosa. Este modelo puede ser altamente efectivo a la hora de canalizar dispositivos de acceso venoso pero no garantiza el éxito de los mismos ya que se necesita un buen manejo y cuidado que contribuya a dicho fin.

En la actualidad este modelo de gestión de acceso vascular se está difundiendo no sólo por aquellos ETI que ya tienen un bagaje importante sino también desde la Sociedad Española de Infusión y Acceso Vascular, autora de la guía “Excelencia en la creación de Equipos de Infusión y Acceso Vascular” donde podemos encontrar los beneficios y las claves para la implantación de este modelo (8). La puesta en marcha de estos equipos debe basarse en una estrategia que conlleva una serie de pasos previos. Muchas organizaciones han comenzado este camino disponiendo de profesionales capacitados para realizar las canalizaciones de los dispositivos con técnica ecoguiada mientras que en otras se ha optado por orientar los esfuerzos a la implantación de buenas prácticas relacionadas con la terapia intravenosa, siendo ambos caminos muy válidos.

Ha surgido un gran interés no sólo entre los que desean tener un ETI en su organización que provoque ese impacto tan positivo sino también entre los que ya disponemos de estos equipos, que creemos firmemente en ellos, y que por ello, deseamos que el movimiento de creación y consolidación de equipos de infusión y acceso vascular siga creciendo en nuestro país.

 

BIBLIOGRAFÍA

  1. Kokotis K. Cost containment and infusion services. J Infus Nurs 2005;28(3S):S22-S32.
  2. Hadaway L. Development of an infusion alliance. J Infus Nurs 2010;33(5):278-290.
  3. Gorski LA, Hagle ME, Bierman S. Intermittently delivered IV medication and pH: reevaluating the evidence. J Infus Nurs. 2015;38(1):27-46.
  4. Carr PJ, Higgins NS, Cooke ML, Mihala G, Rickard CM. Vascular access specialist teams for device insertion and prevention of failure. Cochrane Database of Systematic Reviews 2018(3).
  5. Hornsby S, Matter K, Beets B, Casey S, Kokotis K. Cost losses associated with the “PICC, stick, and run team” concept. J Infus Nurs 2005;28(1):45-53.
  6. Marsh N, Larsen E, Webster J, Cooke M, Rickard CM. The benefit of a vascular access specialist placing a peripheral intravenous catheter: A narrative review of the literature. Vascular Access 2020;6(1):10.
  7. Brunelle D. Impact of a dedicated infusion therapy team on the reduction of catheter-related nosocomial infections. J Infus Nurs 2003;26(6):362-366.
  8. Del Rio C, Corredor R, Cubero MA, Lafuente E, Lasso de la Vega, C. Excelencia en la creación de Equipos de Infusión y Acceso Vascular: Becton Dickinson. Ediciones Mayo. 2020.

 

 


Autoría: Victoria Armenteros. Editor responsable: Gorka Vallejo.

Artículo con revisión editorial. No existen conflictos de interés en relación al presente artículo. Las opiniones expresadas son responsabilidad exclusiva de los/las autores/as y no reflejan, necesariamente, los puntos de vista de los/las editores/as. Artículo bajo licencia de Creative Commons: Reconocimiento 4.0 Internacional.

Este documento debe citarse como: “Armenteros V. Los equipos de terapia intravenosa (ETI), opción segura de gestión del cuidado vascular [Internet]. Enfermería Activa del Siglo XXI: blog abierto; 7 de diciembre de 2020. Disponible en: www.enfermeriaactiva.com”

5 comentarios en «Los equipos de terapia intravenosa (ETI), opción segura de gestión del cuidado vascular»
  1. Enhorabuena por el artículo y actodo el equipo ETI…sin vuestro trabajo parte del nuestro en nutricion seria muy complicado. Mil gracias, sois un ejemplo de equipo lider .Idoia Saez de Argandoña Quintana. DUE Unidad Clínica de Dietética y Nutricion

  2. Enhorabuena, muy buen artículo…Ojala todos los que llevamos años luchando por un EIAV, pudiéramos serlo, HAY grupos como el mío con 10 años de lucha…pero por motivos ajenos a nuestro trabajo, no lo acabamos de conseguir. A pesar de tener más que demostrado que somos equipo de acceso vascular, trabajamos como tal, investigamos como tal….pero no trabajamos exclusivamente en ello. Deberíamos tener el reconocimiento a través del Ministerio de salud y de la SEINAV, de palabra lo tenemos….de forma oficial….ya que las gerencias no lo hacen. Enhorabuena y felicidades a los EIVA. Un abrazo

  3. Es un placer leer esta entrada escrita por quien, por lo que conozco, mejor puede describir el proceso de implantación de un equipo de terapia intravenosa y cómo dotarlo de carga de evidencia para hacer de su experiencia un modelo adaptable a otras instituciones del SNS mediante el análisis económico publicado en 2016 https://www.euskadi.eus/web01-a2aznscp/eu/k75aWebPublicacionesWar/k75aObtenerPublicacionDigitalServlet?R01HNoPortal=true&N_LIBR=051910&N_EDIC=0001&C_IDIOM=es&FORMATO=.pdf
    Los ETI se han consolidado como una alternativa válida, eficaz y eficiente que mejora los resultados para nuestros pacientes.

    1. En eso deberíamos pensar todxs, en la seguridad del paciente, en el confort, en reducir las complicaciones y por supuesto, la reducción del gasto sanitario es incuestionable (tanto en tiempo de estancia, como en recursos, en carga asistencia, etc)… ¡Ojalá mayor conciencia y menor resistencia al cambio!

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