Trabajo como mejor sé, con VOCACIÓN; entendida como la ILUSIÓN de la tarea en sí, haciéndolo tangible mostrando ALMA en el producto final: el CUIDADO DE PERSONAS

Hoy no deberíamos olvidar la importancia de una adecuada comunicación entre el paciente y la enfermera.

La comunicación tiene un papel fundamental en los procesos de salud y enfermedad de la persona, de modo que cualquier enfermera debería aprender a comunicarse. Una buena comunicación permite conocer las necesidades de información del paciente y sus preocupaciones, así como el nivel de comprensión de su proceso. Una inadecuada comunicación, sin una buena escucha y sin tener en cuenta la comunicación no verbal, tendrá como consecuencia insatisfacción y peores resultados terapéuticos, además de un peor aprovechamiento del tiempo compartido con el paciente. La escucha activa significa escuchar y entender la comunicación desde el punto de vista del que habla, de modo que una buena escucha es aquella que el profesional emplea para observar la comunicación no verbal y para dar lugar a la expresión de emociones.

Las enfermeras hemos sido hasta ahora los profesionales sanitarios con mejores oportunidades y aptitudes para aportar el lado más humano a la atención sanitaria. Por ello, hemos de ser capaces de contribuir a humanizar aquellos contextos donde sería peligroso priorizar la técnica y la formación científica sobre el aspecto humano.

El cuidado presupone técnica y habilidad, pero también ha de ir más allá, pues existen realidades del ser humano que en ocasiones se escapan a la ciencia. Se hace imprescindible ponerse en el lugar del otro, mirar y escuchar al otro, en definitiva, cuidar al otro. Las emociones nos influyen a la hora de tomar decisiones y no podemos negar su influencia y repercusión en la relación enfermera-paciente.

Reflexionando con la forma de comunicar entre nosotras, creo que el esfuerzo por dar a conocer algo nunca es baldío, siempre merece la pena. Hoy tenemos una herramienta muy poderosa y es la utilización de las Redes Sociales (RRSS) como instrumento que refuerzan, ayudan y nos mejoran. Somos las enfermeras las que inmersas en este escenario garantizamos atención, cobertura y continuidad en los cuidados, mejoramos los procesos de comunicación y logramos adecuar los recursos sanitarios disponibles a las demandas actuales. Tenemos que verlas como una oportunidad de mejora. Nos permiten compartir información, hacen que nuestro trabajo sea más visible; en pro de una mayor calidad y para una acertada adopción de decisiones. Nos permiten establecer colaboraciones entre equipos de investigación, de una manera fluida, dinámica y rápida; mejorando la comunicación. Nadie podrá negar que las RRSS son unas herramientas que sirven de puente entre los ciudadanos y las enfermeras. Una gran parte de los cuidados están directamente ligados con la implantación de las TIC, utilizadas por las enfermeras como herramientas educativas para los pacientes y formativas para nosotras mismas.

Nunca debemos olvidar que lo que nos ocupa es el cuidado de las personas. Somos personas que cuidamos de personas. Las personas son nuestro centro, siendo la tecnología el medio para lograr ese fin, ESE MEJOR CUIDADO. Nos falta comunicar bien y mejor, adaptando nuestro lenguaje al de las personas a las que nos dirigimos.

No perdamos el norte y bajemos al 1.0. Para comunicar bien, qué mejor que recuperar la palabra. Con la palabra se cuida, la palabra cura. Utilizar el lenguaje universal del corazón, poner más atención en “el otro”, conectar con él con escucha activa y presencia plena; será entonces el mejor de los cuidados que podamos dar y recibir. Receta muy sencilla. Está en nuestra mano. Necesitamos el conocimiento de todas las partes, necesitamos unos de otros. Tenemos que dar el paso en la toma de decisiones compartidas. Es importante mantener una relación terapéutica basada en la confianza mutua y en una comunicación fluida entre nosotras y los pacientes, todos somos personas. Las enfermeras estamos entrenadas para “saber que decir, cómo decirlo y qué hacer ante cualquier situación en la que, lo que esté en detrimento no sea sólo el ámbito físico o social del individuo, sino el psicológico”.

Hoy se hace necesario que las enfermeras comuniquemos bien, nos preocupemos y otorguemos la importancia que adquiere el transmitirlo en todo lo que hacemos. En nuestra profesión siempre debe percibirse que perseguimos la excelencia. Las personas y el conjunto de la sociedad se benefician de nuestras aportaciones, pero debemos hacer más.

La comunicación en salud para convertirse en un elemento de apoyo terapéutico requiere un entrenamiento del profesional sanitario en habilidades comunicativas para que la información sea comprensible, dada con acompañamiento emocional y posibilidades de afrontamiento. Debemos incluir y dar participación a la familia del paciente en una toma de decisiones argumentada.

Hablar de comunicación en salud implica referirse a una serie de interacciones que se dan en la relación profesional con los pacientes de los servicios sanitarios y contribuyen positiva o negativamente en la percepción de satisfacción de los mismos. Somos muchos los que reconocemos el efecto terapéutico de una buena comunicación.

Esta comunicación incluye al paciente y a su familia. El encuentro entre profesionales, pacientes y sus familias implica un intercambio de información, donde se debe avanzar hacia orientaciones específicas de tipo educativo y pedagógico que posibiliten la participación activa y favorezcan el mejor de los caminos para hacer frente y buscar reducir el estado de malestar por la pérdida de la condición de salud.

La falta de comunicación en el ámbito sanitario es un problema generalizado. Aspectos clave para mejorar la comunicación con los pacientes son la formación del profesional en habilidades para dar información veraz, pero sin generar expectativas falsas, crear un clima de confianza y solidaridad, usar un lenguaje asequible, tener en cuenta las necesidades de información de la familia, dedicar el tiempo suficiente y utilizar un protocolo de atención consensuado por el equipo de profesionales.

Para terminar, una reflexión. ¿Qué tenemos las enfermeras tanto miedo a perder? Somos un colectivo en el que en pocas ocasiones nos ponemos de acuerdo, si hay una en la que si coincidimos es en la dificultad para hacernos visibles. Todavía persisten ciertos estereotipos que nada tiene que ver con lo que hoy somos y con la proyección que tenemos para el futuro. Entre todas nosotras queremos y tenemos que dibujar un viento que nos sea favorable; “ningún viento es favorable a quien no sabe dónde va”.

 

 


Autoría: Jesús del Río. Editor responsable: Gorka Vallejo

Artículo con revisión editorial. No existen conflictos de interés en relación al presente artículo. Las opiniones expresadas son responsabilidad exclusiva de los/las autores/as y no reflejan, necesariamente, los puntos de vista de los/las editores/as. Artículo bajo licencia de Creative Commons: Reconocimiento 4.0 Internacional.

Este documento debe citarse como: “del Río J. Aprender a comunicar: ¿Asignatura pendiente en las enfermeras? [Internet]. Enfermería Activa del Siglo XXI: blog abierto; 21 de marzo de 2022. Disponible en: www.enfermeriaactiva.com”

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