“La vida es música y cada momento tiene su canción”. Los amantes de la música tenemos una banda sonora vital llena de buenas canciones, que ha ido modificándose en función de la situación y las “necesidades” emocionales o vitales de nuestras vivencias.
Desde principios de 2020 la banda sonora de nuestras vidas es diferente. Nos hemos tenido que adaptar, en tiempo record, a una situación nueva y la música que suena en nuestras cabezas ha cambiado. David Byrne en su libro “Cómo funciona la música” [1] hace referencia a cómo el tipo de música e instrumentos de cada época condicionaban los espacios donde se hacía y escuchaba música, desde las grandes catedrales con una reverberación muy cuidada para el gregoriano y la música barroca, hasta los pequeños garitos de madera atestados de gente donde el blues y el jazz sonaban mejor que nunca. Con lo cual, afortunadamente para algunos, las cosas cambian adaptándose a las nuevas necesidades, y normalmente cambian con el objetivo de aportar una mejora, así entiendo yo la innovación. Entonces… ¿Siempre hacemos las cosas de la misma forma?
En esta ocasión, debido a la COVID-19, no hemos tenido tiempo de modificar las construcciones, tampoco los instrumentos. Era los que teníamos disponible, pero sí hemos sabido aprovechar nuestra capacidad de adaptación y nos hemos convertido en grandes mujeres y hombres orquesta intentando sonar bien en medio de una pandemia. ¿Alguna vez lo habíamos hecho así?
Hemos modificado procesos existentes, hemos creado otros nuevos, nos hemos ayudado de las nuevas tecnologías que han hecho posible poder plantear nuevas soluciones o tener un plan B ante posibles amenazas y problemas. ¡Esto es innovación! Además, otro valor añadido muy importante es la traslación de nuestras mejoras a la práctica clínica. Trabajamos con pacientes y nuestro fin siempre es la implementación práctica. No nos quedamos en el marco teórico, lo aplicamos. ¿Somos innovadores?
¡Aquí siempre lo hemos hecho así! Esta frase la he escuchado infinidad de veces como cierre final a una conversación donde estaba proponiendo una forma diferente de hacer las cosas. ¡No todos estamos igual de predispuestos al cambio, es una realidad! Además, todo cambio debe estar justificado y evaluado antes de implantarse, pero no debemos frenar o rechazar un cambio por falta de cultura innovadora.
“The 5 monkeys experiment” [2] nos ilustra un poco en como la tradición nos arrastra al arraigo de comportamientos heredados de los cuales desconocemos el origen. Quizás sea uno de los motivos por el que “el cambio” es complicado. Tenemos miedo a romper la tradición y pasarnos al lado oscuro y desconocido de la innovación y uno de los motivos es el sentimiento de soledad, la falta de apoyo. Es verdad, no es fácil, hasta hace no mucho tiempo el sistema sanitario no disponía de recursos para apoyar y acompañar a los profesionales que proponían ideas innovadoras, pero está situación ha cambiado. Si bien es cierto que no es un diseño de gestión de la innovación perfecto, es un comienzo esperanzador.
Hoy en día disponemos de los Institutos de Investigación Sanitaria que también dan soporte a la innovación. La innovación tiene su metodología y sus diferentes fases donde hay que cuidar, como en todo, los detalles. Tiene diferencias sustanciales con respecto a la investigación, pero mucha relación, ya que en algún momento convergerán para poder generarse evidencia y justificar su transferencia a la práctica. Además, hay que cuidar aspectos de autoría, ya que muchas veces los proyectos de innovación precisan de desarrollos externos y hay que proteger un valor intangible que disponemos los clínicos, que es el “know how”.
Para concluir esta reflexión os animo a atreveros, no estáis solos, no es cuestión de titulación o de formación, es cuestión de predisposición e ilusión. Espero que algún día forméis parte de lo que yo llamo “sospechosos habituales”, con ilusiones y ganas de mejorar.
BIBLIOGRAFÍA
- David Byrne “Cómo funciona la música” RESERVOIR BOOKS , Noviembre 2017
- Stephenson, G. R. (1967), Cultural Acquisition of a Specific Learned Response Among Rhesus Monkeys – In: Starek, D., Schneider, R., and Kuhn, H. J. (eds.), Progress in Primatology, Stuttgart: Fischer, pp. 279-288
Autoría: Dani Gurbindo Martínez. Editora responsable: Verónica Tíscar.
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Este documento debe citarse como: “Gurbindo D. ¡Aquí siempre lo hemos hecho así! [Internet]. Enfermería Activa del Siglo XXI: blog abierto; 31 de mayo de 2021. Disponible en: www.enfermeriaactiva.com”