En los últimos años, la incidencia de cáncer en la población de nuestro país ha ido aumentando progresivamente. De hecho, en el año 2021 ha habido un incremento del 2,36% con respecto al año anterior (Agencia de Datos, 2022).
Las organizaciones sanitarias buscan estrategias dirigidas a la priorización en la prevención, detección temprana y tratamiento eficaz con el objetivo de mejorar los resultados en salud. Pero, el impacto de una enfermedad oncológica en la salud y bienestar de las personas va más allá del ámbito físico. La carga de sufrimiento psíquico y los cambios en área social o laboral acompañan al paciente desde etapas muy tempranas.
Durante la navegación por las distintas fases del proceso oncológico, desde el diagnóstico hasta el alta, los pacientes pueden sentir sensación de pérdida en el proceso y desamparo. Por ello, se plantea como objetivo estratégico un cambio en el modelo asistencial que incluya, entre otras medidas, la presencia de enfermeras referentes que guíen a los pacientes durante todo este proceso y que sean interlocutoras entre los mismos y el sistema sanitario, que coordinen equipos de atención multidisciplinares y que eduquen de manera proactiva al paciente y familia (Crego et al., 2016).
La figura de la enfermera referente o gestora de casos existente en otras áreas emerge también en torno al paciente en proceso diagnóstico o terapéutico del cáncer. Son enfermeras de práctica avanzada donde se fomenta un conocimiento en profundidad de un área temática, en este caso, el cáncer y la toma de decisiones que implican un mayor grado de autonomía.
Muchas organizaciones impulsan ese modelo basado en estas figuras de enfermeras como uno de los pilares básicos para mejorar la experiencia del paciente durante el proceso oncológico (Cantril & Haylock, 2013). En la Comunidad Autónoma del País Vasco, la estrategia establecida en el Plan Oncológico Euskadi 2018-2023 (Departamento de Salud del Gobierno Vasco, 2018), despliega en las organizaciones la figura de la enfermera coordinadora del Plan Oncológico encargada de impulsar dos roles nuevos de enfermeras referentes: la enfermera referente de diagnóstico y la enfermera referente del plan terapéutico.
Esta red de enfermeras, también llamadas “minbizi”, no solo son referentes para el paciente sino también para el resto del equipo multidisciplinar y están integradas en los comités de tumores.
La enfermera referente de diagnóstico está orientada a recibir al paciente y comenzar el seguimiento del mismo desde la sospecha de una enfermedad oncológica hasta el diagnóstico definitivo y la elección de la opción terapéutica. Además, contribuye a coordinar el circuito diagnóstico (pruebas y consultas) dentro de los tiempos protocolizados. Es, igualmente, el nexo de unión del paciente con el sistema sanitario y una fuente de apoyo de cara a las pruebas y consultas necesarias.
Tener un interlocutor accesible en estas etapas de espera e incertidumbre es valorado muy positivamente por el paciente. Además, esta enfermera puede realizar una valoración integral del paciente, incluyendo el contexto social y laboral. En este punto hay también posibilidades de fomentar el trabajo en relación con aspectos como el estado nutricional, la condición física o la gestión de ansiedad.
La enfermera referente del plan terapéutico es la figura que acompaña al paciente desde el diagnóstico y derivación al equipo consultor hasta el final del proceso terapéutico. Y, al igual que las enfermeras de diagnóstico, van a efectuar una acogida del paciente en el circuito terapéutico, coordinándose con las enfermeras referentes de diagnóstico.
En este rol, los profesionales refuerzan la información que el paciente recibe, fomentan el correcto cumplimiento del plan terapéutico y establecen cuidados de manera proactiva en relación con el manejo de síntomas y toxicidad de la quimioterapia/radioterapia.
Otro aspecto que también se puede trabajar desde esta consulta es el empoderamiento del paciente en la toma de decisiones.
La vorágine en la que se convierte esta enfermedad con el paso por distintos servicios, consultas, pruebas diagnósticas, tratamientos… durante el proceso diagnóstico o terapéutico, surge la necesidad de preguntarnos qué necesidades, dudas o problemas puede tener el paciente.
Se hace necesaria una reflexión: ¿Es el sistema sanitario fácilmente accesible? ¿Con quién puede el paciente compartir sus miedos e inseguridades? ¿Escuchamos suficientemente al paciente? ¿Destinamos un espacio físico adecuado para sentarnos y comunicarnos con el paciente? ¿Disponemos de un tiempo específicamente para ello? ¿La atención a la familia entra en nuestros objetivos? ¿Atendemos o, además de esto, cuidamos y acompañamos?
Es por ello que los nuevos roles de enfermería en relación con el cáncer toman su sentido. El hecho de reconocer a una enfermera como el profesional de referencia con una puerta abierta siempre ante cualquier dificultad proporciona confianza y seguridad en el sistema (Ferrell et al., 2013).
Trabajar en la cartera de servicios de la consulta específica de la enfermera referente de cáncer es una necesidad de las organizaciones que implica marcar objetivos y actividades basadas en una valoración integral del paciente, la educación para la salud (nutrición, actividad física…) y la derivación a otros profesionales según las necesidades captadas (asistente social, servicio de nutrición…) (Crego et al., 2016). Estos roles avanzados implican una formación específica (comunicación terapéutica, proceso oncológico, tratamientos médicos y radioterápicos…) (Bana et al., 2020), la adquisición de seguridad y, ante todo, el compromiso de todos para llevarlos a cabo.
Obviamente, las consultas de enfermería no deben viajar solas dentro del funcionamiento de las organizaciones, siendo imprescindible, que se haya articulado un modelo de trabajo de equipos multidisciplinares con circuitos de atención consensuados y con canales de comunicación sólidos entre los distintos profesionales de todos los servicios implicados en el proceso oncológico (oncología, radioterapia, digestivo, neumología, atención primaria…) (Geese et al., 2021).
Además, una buena estrategia en el diseño de estos circuitos de atención es incluir las impresiones y el sentir de los pacientes que han tenido experiencia previa en estos procesos. Existe literatura con relación a la enfermera de práctica avanzada en oncología (Moreno-Castro & Carrillo-González, 2021) y, en nuestro país, el surgimiento progresivo de consultas de enfermería en procesos oncológicos específicos está impulsando y dando el peso que este rol se merece (Crego et al., 2016). En definitiva, se está creando una cultura de trabajo que se va extendiendo a cada vez más organizaciones.
Por tanto, teniendo siempre presente que el objetivo es mejorar los resultados en salud y el bienestar del paciente, es el momento para dar un paso más en la atención más cercana. Y es aquí donde las enfermeras tenemos mucho que decir.
BIBLIOGRAFÍA
Agencia de Datos. 1 de febrero de 2022. El cáncer en España, datos y estadísticas. Edicita Europa Press. Disponible en: https://www.epdata.es/datos/cancer-espana-datos-estadisticas/289
Bana, M., Ribi, K., Kropf-Staub, S., Näf, E., Schramm, M. S., Zürcher-Florin, S., … & Eicher, M. (2020). Development and implementation strategies of a nurse-led symptom self-management program in outpatient cancer centres: The Symptom Navi© Programme. European Journal of Oncology Nursing, 44, 101714.
Cantril, C., & Haylock, P. J. (2013, May). Patient navigation in the oncology care setting. In Seminars in oncology nursing, 29(2),76-90. WB Saunders.
Crego, M. D. L. C. R., Pérez, D. F., Fernández, C. V., & Sánchez, A. Z. (2016). Estrategias para la mejora del cuidado del paciente oncológico: Resultados del proyecto SHARE (Sesiones interhospitalarias de Análisis y Revisión en Enfermería). Enfermería Clínica, 26(5), 312-320.
Departamento de Salud del Gobierno Vasco. (25 de enero de 2019) Plan Oncológico Euskadi 2018-2023. Disponible en https://www.euskadi.eus/contenidos/informacion/plan_oncologico_2018_2023/es_def/adjuntos/plan-oncologico-euskadi-2018-2023.pdf
Ferrell, B., McCabe, M. S., & Levit, L. (2013, November). The Institute of Medicine report on high-quality cancer care: implications for oncology nursing. In Oncology Nursing Forum ,40(6).
Geese, F., Zwakhalen, S., Lucien, B., & Hahn, S. (2021). Job satisfaction of advanced practice nurses in cancer care: A systematic review. European Journal of Oncology Nursing, 102089.Li, X. (2020). Effects of comfort nursing on the quality of life and compliance of chemotherapy patients after radical mastectomy. International Journal of Clinical and Experimental Medicine, 13(4), 2854-2862.
Moreno-Castro, A., & Carrillo-González, G. M. (2021). El enfermero navegador: un rol innovador en oncología. Revisión de alcance. Archivos de Medicina (Col), 21(1), 125-137.
Autoría: Victoria Armenteros. Editora responsable: Arantxa Picón.
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Este documento debe citarse como: “Armenteros V. Construyendo nuevos roles de Enfermería: cuidando y acompañando en el proceso oncológico [Internet]. Enfermería Activa del Siglo XXI: blog abierto; 4 de abril de 2022. Disponible en: www.enfermeriaactiva.com”
Excelente.
Conciso, claro, pedagógico y muy instructivo. Ponerlo en práctica no sólo ayudará a los pacientes al comienzo y durante su camino, si no que aglutinará y rentabilizares los esfuerzos de los profesionales de la sanidad.