Partiendo de que uno de los pilares fundamentales de la Enfermería es la prevención y promoción de la salud, despertar a la Enfermería sobre los problemas de sueño permite valorar, concienciar y educar en patrones óptimos de sueño, esenciales para la salud.

Desde edades tempranas, si la población aprende a desarrollar hábitos de higiene del sueño y conoce que, dormir bien puede agregar años a su vida, evitaría patrones de sueño subóptimos. Dormir bien es necesario y es un objetivo alcanzable, si se conocen las pautas de actuación y hay un seguimiento del buen dormir, fomentado desde la Enfermería.

En Li et al. (1), y también la American College Cardiology (2) argumentan que tener cinco hábitos de sueño de bajo riesgo puede tener beneficios a largo plazo. Dormir bien podría añadir años a su vida. Lo ideal es tender a comportamientos de sueño con una duración del sueño entre 7-8 horas por día, tener menos de 2 veces por semana, dificultad para conciliar el sueño, tener dificultad para conciliar el sueño menos de 2 veces por semana, no usar medicamentos para dormir y sentirse descansado después de despertarse al menos 5 veces por semana. Menos y peor sueño adoptado como patrón normalizado, favorece más enfermedad cardiovascular.

El insomnio es la patología más frecuente en la consulta especializada de Sueño. Definir un insomnio supone mencionar una dificultad para dormir, diferenciándose entre un insomnio de inicio (dificultad para conciliar el sueño) frente a un insomnio de mantenimiento (incapacidad de mantener el sueño permaneciendo despierto largos periodos de tiempo después de un periodo corto de sueño). El insomnio diagnosticado puede aproximarse a cifras del 6%, frente a la prevalencia total de quejas del sueño, que puede rondar entre 30%-48%. Resignarse a un mal dormir y resistirse a no acudir a profesionales expertos en sueño con frases como “duermo poco y mal desde siempre”, no es una opción adecuada. Dormir lo suficiente y con buena calidad es fundamental para la salud física y mental. Educar a la ciudadanía en medidas de higiene del sueño a través de campañas urbanas significa preocuparse y ocuparse si hay un problema real con su sueño.

La salud física y mental adquiere mayor relevancia cuando se complementa una adecuada alimentación y actividad física con el tercer pilar que es el sueño de calidad. La importancia de la duración de tiempo en cama abandona su parte esencial si no ponemos en valor la calidad del sueño. Además, una ingesta adecuada de alimentos que promocionen una dieta saludable y añadiendo un plus de ejercicio de manera constante, favorecen un sueño reparador. La duración media de necesidad de sueño de un adulto oscila entre 7 y 9 horas. La duración media de necesidad de sueño en edad infantil oscila entre 9 y 13 horas. Por lo tanto, la cantidad de sueño según la edad es muy diferente en población adulta e infantil, pero no justifica necesariamente un sueño reparador. El resto del tiempo en el que se permanece despierto podría aportar datos sobre los malos dormidores (presencia de inadecuados hábitos de higiene del sueño) con una somnolencia residual diurna (irregularidad en el horario de descanso) y aquellos con una patología del sueño no diagnosticada o infravalorada que destacan un mal descanso alegando insomnio por la fragmentación en la arquitectura del sueño.

Nuevos escenarios de aprendizaje para la ciudadanía sobre insomnio e higiene del sueño podrían permitir que más 12 millones de personas de la población española que no descansan de forma adecuada podrían beneficiarse incentivando el descarte de trastornos del sueño (más de 4 millones padecen algún trastorno del sueño) y acudiendo a los profesionales de la enfermería que son la primera puerta de entrada en los centros de atención primaria. Mientras en las consultas de atención primaria se recogen datos sobre el peso, la talla, índice de masa corporal, tensión arterial, pulso cardiaco, temperatura corporal, alergias, vacunación, hábitos de alimentación y eliminación, etc., es necesario recalcar que el normopeso no siempre es sinónimo de ausencia de patología en el sueño y que la necesidad de presuponer normalidad y no preguntar podría conducir a infradiagnóticos desafortunados. Un reconocimiento y manejo de la Enfermería de un test de sueño simple y sencillo, como el test de Epworth o el Stop Bang, podrían colaborar en la información obtenida del paciente para redirigir desde el médico de familia a la atención especializada o en su defecto corregir actitudes y conductas inadecuadas y promover medidas de higiene del sueño.

Se sabe que solo una de cada tres personas que padecen un problema con el sueño consultan a un profesional sanitario, quien de hecho debe estar preparado para fijarse y valorar la petición del paciente poniendo en valor la necesidad de adecuados patrones de sueño, y atender tanto a la cantidad como a la calidad de su sueño, objetivando la regularidad de sus horarios y la continuidad en el sueño, para evitar la normalización de conductas y actitudes en el paciente con respecto a un patrón del sueño fragmentado, la somnolencia diurna excesiva acompañada de una percepción de insomnio nocturno y otros síntomas como la cefalea matutina, el cansancio plantar, dificultades en el bostezo matutino, dolor en el cuello, adormecimiento de dedos de la mano, abotargamiento cognitivo, problemas en la memoria reciente, alteraciones repentinas del humor, enlentecimiento en el pensamiento, disminución en el tiempo de reacción, etc.

La valoración de los síntomas mencionados en las consultas de Enfermería o bien en entornos urbanos de promoción de la salud, permiten visualizar como paciente con problemas en la calidad del sueño y pudiendo ser objeto de estudio. El sueño pasa a ser un gran protagonista en el devenir del día siguiente, ya que puede condicionar el estado de salud y la calidad de vida de las personas.

 

BIBLIOGRAFÍA

  1. Li H, Qian F. Patrones de sueño de bajo riesgo, mortalidad y esperanza de vida a los 30 años: un estudio prospectivo de 172.321 adultos de EEUU. Journal of the American College of Cardiology. 2023;81(3):1675. Disponible en: https://doi.org/10.1016/S0735-1097(23)02119-8
  2. American College of Cardiology Dormir bien podría agregar años a su vida: tener cinco hábitos de sueño de bajo riesgo puede tener beneficios a largo plazo. ScienceDaily, 23 de febrero de 2023. Disponible en www.sciencedaily.com/releases/2023/02/230224135111.htm Consultado el 30 de marzo de 2023.

 

 


Autoría: María Nerea Zabala. Editor responsable: Sendoa Ballesteros.

Artículo con revisión editorial. No existen conflictos de interés con relación al presente artículo. Las opiniones expresadas son responsabilidad exclusiva de los/las autores/as y no reflejan, necesariamente, los puntos de vista de los/las editores/as. Artículo bajo licencia de Creative Commons: Reconocimiento 4.0 Internacional.

Este documento debe citarse como: “Zabala, MN. Despertando a la ciudadanía en los problemas de sueño, añade vida. [Internet]. Enfermería Activa del Siglo XXI: blog abierto; 29 de mayo de 2023. Disponible en: www.enfermeriaactiva.com”

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