Terminé la carrera en el año 2002. Estudié la diplomatura en enfermería y lo cierto es que a la investigación no se le daba entonces en mi profesión la suficiente importancia, a pesar de que ya existían referentes visionarios que apostaban por ello. Mi interés por la investigación no surgió por casualidad, tras varios años de experiencia laboral en la práctica clínica y varios master y estudios de postgrado, poco a poco fui viendo la necesidad de adquirir mayor conocimiento. Comencé con cursos de formación que no satisfacían mi necesidad de profundizar aún más, por lo que continué con la realización de un master de investigación con doble especialidad y el doctorado en la Universidad de Lleida. Aquí fue donde descubrí o me reafirmé en mi pasión por la investigación. Como decía Plutarco “El conocimiento no es una vasija que se llena, sino un fuego que se enciende” y la investigación es realmente estimulante para las mentes curiosas.

En lo que refiere a la profesión enfermera ha experimentado un notable avance en los últimos años. El desarrollo académico, con el acceso a estudios de doctorado ha contribuido sin duda a ello, constituyendo un salto exponencial en nuestra profesión. La investigación enfermera ha demostrado durante años, no solo en nuestro contexto, sino a nivel internacional, que contribuye a la mejora de salud y la calidad de vida de las personas en los muy diferentes ámbitos donde las enfermeras desempeñan sus funciones. Sin embargo, el reconocimiento social e incluso, en ocasiones institucional de dicha actividad científica está descompasado con la proyección, potencial e impacto real que presenta para nuestro Sistema Sanitario.

Como nuevos retos para los próximos años, considero necesario empoderar la investigación enfermera, ampliar y buscar nuevos horizontes. La búsqueda de alianzas internacionales es uno de los retos pendientes en nuestro contexto sociosanitario, y que sin duda contribuye a un mayor crecimiento de la profesión. Para ello, es fundamental una mayor profesionalización de la investigación enfermera, creando grupos de alto rendimiento, con profesionales con un nivel de formación y desarrollo académico suficiente para poder llevar a cabo estudios de calidad y alto impacto. La formación académica en investigación es una carrera de fondo, de años de duración entre estudios de máster y doctorado y es necesario otorgarle el reconocimiento y lugar que merece. Todas las enfermeras deben consumir investigación e implantar en la práctica clínica las recomendaciones basadas en evidencia, para trabajar con calidad y seguridad clínica, por lo que es necesario que tengan unos conocimientos mínimos de Práctica Basada en la Evidencia. Sin embargo, para desarrollar investigación de calidad y competitiva (en la búsqueda de financiaciones, nuevas alianzas y generación de nuevo conocimiento que implantar después en la práctica clínica) es necesaria una formación específica y avanzada.

En todo este entramado, los Institutos de Investigación Sanitaria son y deben ser sin duda los facilitadores y catalizadores necesarios para proporcionar un marco contextual adecuado para que prolifere y se desarrolle el talento investigador de nuestra profesión, en sintonía, coordinación y estrecha colaboración con las Universidades y el entorno académico, así como las Organizaciones sanitarias. El objetivo es crear espacios proclives a la germinación de investigaciones de mayor impacto, líneas doctorales específicas en cuidados y por supuesto, guiar y acompañar también a aquellas profesionales que comienzan a dar sus primeros pasos.

Por su parte, y a nivel de gestión, las direcciones de enfermería y gerencias, tienen un papel fundamental en el apoyo de dichas investigaciones, y deberían facilitar, el desarrollo  de la investigación enfermera, ya que redunda finalmente en el crecimiento de nuestra profesión e impacta directamente en la calidad de los cuidados que recibe la ciudadanía.

 

Dra. Verónica Tíscar. Experiencia en investigación internacional: Doctora en Ciencias de la Salud con mención internacional por la Universidad de Lleida, tras la realización de dos estancias de investigación en la Universidad de Toronto (Canadá) en el año 2017. Durante la pandemia, ha participado como representante española de enfermería en un estudio multipaís, junto a enfermeras expertas de otros cinco países latinoamericanos, en el que se analizaba mediante un estudio DAFO la gestión del cuidado de enfermería los primeros meses de pandemia. El artículo está publicado y accesible en la Revista Cubana de Enfermería. Actualmente lidera una línea de investigación internacional en colaboración con la Universidad de Lleida e Investen-Isciii y Universidades de Brazil y México. Participa también como experta en el panel de la RNAO (Registered Nurses’ Association of Ontario) en el desarrollo de la guía: “Care Transitions Best Practice Guideline”. Anteriormente había participado como stakeholder en la revisión externa de la guía de la RNAO: “Palliative Approach to care in the last 12 months of life”.

 

 


Autoría: Verónica Tíscar.

Artículo con revisión editorial. No existen conflictos de interés en relación al presente artículo. Las opiniones expresadas son responsabilidad exclusiva de los/las autores/as y no reflejan, necesariamente, los puntos de vista de los/las editores/as. Artículo bajo licencia de Creative Commons: Reconocimiento 4.0 Internacional.

Este documento debe citarse como: “Tíscar V. Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia. Internacionalización: nuevos horizontes en la investigación enfermera. [Internet]. Enfermería Activa del Siglo XXI: blog abierto; 11 de febrero de 2021. Disponible en: www.enfermeriaactiva.com».

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