La evolución de los sistemas de salud modernos exige una atención cada vez más especializada y eficiente, centrándose en la excelencia en los cuidados, la seguridad clínica y la práctica basada en la evidencia, con el fin último de cuidar y promover la salud de la población. Por otra parte, el constante e imparable aumento de la demanda asistencial en los servicios de urgencias hace necesaria su adecuación y reordenación de una forma segura, metódica, regulada y consensuada. Y es aquí donde emerge de forma imperiosa y necesaria la figura del profesional de enfermería especialista en urgencias y emergencias.

 

CARACTERÍSTICAS DEFINITORIAS DE LA ENFERMERA DE URGENCIAS Y EMERGENCIAS

Según la Ley de Ordenación de las Profesiones Sanitarias (LOPS) vigente en España, una especialidad se justifica cuando la complejidad, la tecnificación y las características específicas del cuidado superan las competencias de una formación generalista. La principal diferencia entre las enfermeras generalistas y las de urgencias y emergencias radica en la capacidad para manejar situaciones críticas y de alta presión. Las enfermeras generalistas poseen una formación amplia y versátil que les capacita para brindar una atención holística en un amplio espectro de situaciones clínicas, pero las de urgencias y emergencias, además, requieren una preparación específica en aspectos como:

  1. “Capacidad en la toma de decisiones”: Mientras que las enfermeras generalistas toman decisiones informadas, las enfermeras de urgencias y emergencias deben actuar con rapidez y precisión en situaciones de vida o muerte y bajo presión. Esta capacidad de respuesta rápida es un rasgo fundamental y crucial para evitar complicaciones y salvar vidas, especialmente en las enfermedades tiempo-dependientes.
  2. “Clasificación de pacientes según gravedad”: El Triaje (o clasificación de pacientes) es una competencia esencial en urgencias que requiere un juicio clínico agudo para priorizar la atención en función de la gravedad de los casos, asegurando que los recursos se utilizan de manera óptima. Una capacitación que no forma parte del entrenamiento estándar de las enfermeras generalistas y que es exclusivo del profesional de enfermería de urgencias y emergencias.
  3. “Gestión de recursos en situaciones de sobrecarga”: Las urgencias hospitalarias a menudo se enfrentan a una demanda que supera sus capacidades. Las enfermeras especializadas en urgencias y emergencias deben ser expertas en la gestión de unos recursos limitados, deben ser capaces de priorizar y asignarlos de manera eficiente. Esto incluye la coordinación con otros profesionales de la salud y la toma de decisiones críticas sobre el uso de equipos y medicamentos, asegurando que todos los pacientes reciben la mejor atención posible en un entorno caótico.
  4. “Desarrollo de la actividad en entornos no seguros”: El profesional de enfermería de emergencias debe desarrollar parte de su actividad en entornos hostiles, inseguros e inadecuados que requieren de unas habilidades, conocimientos y aptitudes que van más allá del de la enfermera generalista. Además, tienen que saber comunicarse y trabajar de forma coordinada y segura con otros equipos ajenos al entorno sanitario como bomberos o fuerzas y cuerpos de seguridad pública.

Todas estas especificidades, aun no siendo las únicas, son suficientes para justificar la creación de esta especialidad.

 

OPINIONES DE EXPERTOS, APOYO INSTITUCIONAL Y EVIDENCIA CIENTÍFICA
Numerosos especialistas en el campo de la salud abogan por la creación de una especialidad en enfermería de urgencias y emergencias. Argumentan que esta especialización no solo mejoraría la calidad de la atención, sino que también aumentará la seguridad del paciente. La Sociedad Española de Medicina de Urgencias y Emergencias (SEMES) ha sido una firme defensora de esta iniciativa, destacando la necesidad de un entrenamiento específico y avanzado para las enfermeras que trabajan en entornos de alta presión, como dejó claro D. Tato Vázquez Lima, presidente del SEMES, en la inauguración del 34 Congreso de SEMES celebrado en Sevilla el pasado junio [1].

El Consejo General de Enfermería (CGE) también apoya la creación de esta y otras especialidades de enfermería, argumentando que una formación específica permitiría a las enfermeras desarrollar las competencias necesarias para responder eficazmente a situaciones críticas.

Otros organismos supranacionales como la Organización Mundial de la Salud (OMS) abogan igualmente por la especialización, tal y como quedó reflejado en la resolución de su 72ª Asamblea Mundial [2], en la que se destacó la necesidad de la especialización de los profesionales que asisten en urgencias para salvar millones de vidas especialmente en enfermedades tiempo-dependientes.

Cuantiosos estudios, como los publicados en las revistas “Emergency Medicine Journal” o “Journal of Emergency Nursing”, concluyen que la formación especializada en urgencias y emergencias mejora significativamente la capacidad de las enfermeras para manejar situaciones críticas, lo que implica mejores resultados para los pacientes y una mayor seguridad clínica [3-6].

Este apoyo institucional, apuntalado por la evidencia, es crucial para avanzar en la formalización de la especialidad y pone de manifiesto que no solo se trata de un deseo profesional sino también sistémico.

 

PERSPECTIVA HISTÓRICA Y DE GÉNERO

La enfermería, históricamente, ha sido una profesión dominada por mujeres y, en muchos casos, se ha enfrentado a la discriminación y a la falta de reconocimiento en comparación con la medicina. Esta disparidad se ha reflejado en el desarrollo académico y en las responsabilidades asignadas a los profesionales de la enfermería, a pesar de ser un pilar fundamental en el cuidado de la salud, la enfermería no se ha visto recompensada con el mismo nivel de especialización y autonomía que la medicina.

Como sociedad, tras la formalización de la especialidad de medicina de urgencias y emergencias no podemos permitir la demora en la aprobación de una especialidad en enfermería, no solo por una cuestión de eficiencia y calidad en el cuidado de la salud, sino también como un paso necesario hacia la equidad de género en el ámbito sanitario. Es momento de sacudirnos de encima la lacra del uso del género como base discriminatoria e incapacitante para cerrar ese capítulo de la historia y comenzar a escribir uno nuevo fundado en la equidad, la justicia y basado en la persona y no en el género.

En conclusión, reconocer y formalizar la especialización del profesional de enfermería en urgencias y emergencias contribuirá a la reordenación de los servicios de urgencias, a la mejora en la seguridad y calidad asistencial con personal de alta capacitación, a la eficiencia del sistema y a reducir la brecha de género. Afrontar este cambio en el status quo asistencial supondrá un esfuerzo académico, regulatorio, económico y político que las instituciones deben asumir si pretenden afrontar el reto de las urgencias y emergencias en España.

 

BIBLIOGRAFÍA

  1. 34 Congreso nacional de SEMES. 2024 junio 5-7. Sevilla, España. Minuto 51:24 (https://www.youtube.com/watch?v=CrgES3xurXI)
  2. 72.ª Asamblea mundial de la salud. A72/31. 8 de abril 2019. Ginebra, Suiza. (https://apps.who.int/gb/ebwha/pdf_files/WHA72/A72_31-sp.pdf)
  3. Bache J. Establishing an emergency nurse practitioner service. Emerg Med J. 2001;18:186-189.
  4. Mabrook AF, Dale B. Can nurse practitioners offer a quality service? An evaluation of a year’s work of a nurse led minor injury unit. Emerg Med J 1998;15:266-268.

 


Autoría: Raúl Aveleira Macías. Editor responsable: Sendoa Ballesteros.

Artículo con revisión editorial. No existen conflictos de interés con relación al presente artículo. Las opiniones expresadas son responsabilidad exclusiva de los/las autores/as y no reflejan, necesariamente, los puntos de vista de los/las editores/as. Artículo bajo licencia de Creative Commons: Reconocimiento 4.0 Internacional.

Este documento debe citarse como: “Aveleira, R. Especialidad de enfermería de urgencias y emergencias: una decisión de vida o muerte. [Internet]. Enfermería Activa del Siglo XXI: blog abierto; 1 de julio de 2024. Disponible en: www.enfermeriaactiva.com”

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