Al igual que ocurre en el entorno hospitalario (donde la maquinaria, el material sanitario y las intervenciones enfermeras van avanzando y cambiando con los años), el mundo de la docencia universitaria, y en concreto la docencia en enfermería, es un mundo cambiante y en constante evolución.
Como enfermera asistencial se puede tomar la decisión de quedarse en el “siempre se ha hecho así”, y como enfermera docente, también se puede optar por ese camino. Sin embargo, y más aún con el rápido avance de la tecnología, ha habido numerosos avances e innovaciones que como profesor considero que nadie debería dejar pasar o, al menos, deberían darles una oportunidad.
Siguiendo con la comparativa asistencial-docente, cuando una enfermera se enfrenta a una úlcera por presión dispone de un carro de curas con todo un elenco de apósitos, cremas y herramientas para su tratamiento. Como profesor de enfermería, ese carro de curas, deja de llevar el material mencionado y se convierte en un “carro de curas docente” cargado de herramientas, metodologías y tecnología para aplicar el mejor cuidado al objetivo de aprendizaje deseado.
Uno puede decidir llevar en ese carro como única herramienta las clases magistrales (donde también ha habido avances en las herramientas para crear las presentaciones con herramientas similares al Powerpoint como Canva, Prezi o Genial.ly). Sin embargo, estará dejando de lado otras herramientas que puedan serle útiles para otro tipo de competencias no relacionadas con la adquisición de conocimiento.
No se trata de que una metodología o una herramienta sea mejor que otra, se trata de usar la herramienta más efectiva para el objetivo de aprendizaje, y usarla bien. Hay clases magistrales brillantes pero también hay muchas soporíferas que acabaron generando el famoso dicho de “Muerte por Powerpoint”.
Con el paso de los años desde que llegué a este mundo de la docencia a finales de 2014 he ido conociendo e investigando métodos que añadir a mi carro de curas docente. Me cautivaron las lecturas sobre aprendizaje basado en juegos y también sobre gamificación, pero hay muchas más metodologías como el aprendizaje basado en problemas, aprendizaje basado en proyectos, clase invertida o flipped classroom, aprendizaje cooperativo, simulación clínica y un largo etc. que aplicadas en momentos concretos dan muy buenos resultados.
Pero además de metodologías docentes, también han llegado al carro numerosas herramientas en forma de aplicaciones móviles útiles para la docencia como Kahoot, Socrative, Tru Monitor, Serious Game etc. También el uso docente de las redes sociales, con un gran potencial uso profesional para buscar esa “conexión” con el mundo donde los estudiantes se mueven continuamente y ¿por qué no? lanzar retos y otros movimientos típicos de ese entorno.
A todo esto se han ido sumando también algunas herramientas o creaciones propias como el uso del escape room o habitación de escapismo como prueba evaluativa, exámenes con diferentes caminos a elegir, exámenes con historia y humor, juegos como el Time´s Up docente, la fiesta de la NANDA, investigaciones policiales etc.
Y no hay que olvidar todo los avances que la tecnología ha puesto a nuestro alcance como la realidad virtual o la realidad aumentada (con compañeros y compañeras pioneros en España) y toda la disponibilidad de herramientas como Youtube, Twitch, Discord, etc para la creación de contenido u otras como las plataformas Moodle, Zoom o Google Meet para la docencia on-line.
Es bonito ver como el carro de curas docente va creciendo y ofreciendo cada vez más opciones para llegar a los estudiantes y al aprendizaje, porque conviene recordar que la herramienta no es el fin, el fin siempre será el aprendizaje, y si las herramientas nos ayudan a hacerlo más efectivo, atractivo, motivador y divertido bienvenidas sean.
En conclusión, obviar la evidencia disponible, tanto en el entorno sanitario como en el docente llevará a que nuestros cuidados o nuestra docencia no sean todo lo efectivos que podrían serlos. Llenemos los carros, ya sean de curas, de cuidados o docentes de muchas intervenciones o herramientas para obtener los mejores resultados posibles.
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Autoría: José Luis Gómez Urquiza. Editor responsable: Gorka Vallejo.
Artículo con revisión editorial. No existen conflictos de interés en relación al presente artículo. Las opiniones expresadas son responsabilidad exclusiva de los/las autores/as y no reflejan, necesariamente, los puntos de vista de los/las editores/as. Artículo bajo licencia de Creative Commons: Reconocimiento 4.0 Internacional.
Este documento debe citarse como: “Gómez-Urquiza JL. Llenando el “carro de curas” docente: herramientas para transformar e innovar en docencia universitaria [Internet]. Enfermería Activa del Siglo XXI: blog abierto; 15 de febrero de 2021. Disponible en: www.enfermeriaactiva.com
Me alegra seguir recibiendo esas ganas por mejorar y seguir reinventándose sin ser un sufrimiento, sino, un reto divertido, disfrutando uno mismo con lo que hace. Soy muy fan tuya José.
El aprendizaje al igual que la clínica es una cosa que me mueve por dentro y esa inquietud me ha da la posibilidad de conocer enfoques tan interesantes, y que comentas, como es el aprendizaje invertido (los trabajos que he conocido más de cerca son el de José Luis Medina Moya y el de Ricci Wesselink). Al fin al cabo, diferentes maneras para conseguir un aprendizaje efectivo y con evidencias.
La cuestión que se me plantea es: ¿en qué medida la universidad española está incorporando estas medidas? ¿en función de la inquietud del propio docente? ¿qué pasa con el resto de asignaturas que no da este docente «con inquietud» que sí combina diferentes metodologías? En el plano clínico se podrían hacer las mismas preguntas: ¿en qué medida el centro sanitario está implementando evidencias clínicas? ¿en función de la inquietud del propio profesional? ¿qué pasa con el resto de pacientes que no están en su asignación?
Mi conclusión es que aunque no se pueda luchar contra todo, predicar con el ejemplo siempre hace.
Muchas gracias por el artículo José Luis