Todas las ocasiones son buenas para poner en valor el mundo de la donación y el trasplante y ya que el 27 de febrero se celebra el día mundial del trasplante, no iba a ser menos.
Quiero compartir con vosotros, desde mi rincón privilegiado como Coordinadora de trasplantes, algunas reflexiones después de 23 años desempeñando esta labor. Ante todo, deciros que los coordinadores de trasplantes no somos los protagonistas de esta historia. Los protagonistas son los donantes, sus familias y todos los profesionales que hacen posible un trasplante. Nosotros, en este “trabajo en equipo“ por excelencia somos, como en una gran orquesta, los compañeros que hacen posible que la música suene “celestial”.
La actividad de donación y trasplante en 2020 ha estado marcada, como nuestras vidas, por la crisis de COVID-19. A pesar de las múltiples dificultades, a lo largo del pasado año se realizaron en nuestro país 4.425 trasplantes de órganos, lo que corresponde a una tasa de 93,3 por millón de población. Estas cifras nos colocan en una posición de excelencia a nivel mundial. Según datos de la Organización Nacional de Trasplantes (ONT), en 2020 se realizaron 2.700 trasplantes renales, 1.034 hepáticos, 336 pulmonares, 278 cardíacos, 73 de páncreas y 4 intestinales. La actividad de trasplante de donante vivo también se ha conseguido mantener, con un total de 257 renales y 11 hepáticos. A pesar de estos formidables datos, no tenemos que olvidar a un importante número de pacientes en lista de espera, para los que el trasplante es su única posibilidad. A 31de diciembre de 2020, la lista de espera, a nivel nacional, se sitúa en 4.794 pacientes. De ellos, 92 son niños. Por todos ellos, debemos de seguir trabajando, con la misma ilusión, el mismo nivel de exigencia, y toda nuestra capacidad de adaptación a las circunstancias que se presenten.
Hay una gran frase que dice ”Sin donante no hay trasplante” y así es. Quizá sea esta la única parcela de la medicina que necesita de la colaboración de toda la sociedad. Sin ella, aunque pongamos todos los medios, no podríamos realizarla. Cuando en un hospital se produce una donación, se movilizan más de 150 profesionales en todo el país. Todos con un mismo objetivo: llevar a buen puerto lo que la persona fallecida y su familia querían, ayudar a otras personas regalándoles vida. Trabajando para que el derecho a ser donante se pueda llevar a cabo. Detrás de cada trasplante hay una gran historia. Hay una biografía que cerramos y una familia solidaria y generosa que en ese momento es capaz de pensar en otros y decir que si a la donación. Cuando tenemos que hacer algo importante por los nuestros, no nos suele resultar difícil, pero cuando se trata de hacer algo importante por otros, en mitad del sufrimiento, es el acto de mayor generosidad que pueden hacer las personas.
Mi más profundo respeto y agradecimiento a todos los donantes y a sus familias, que en uno de los peores momentos de sus vidas dijeron si a la donación. Gracias por quereros tanto y querernos tanto a todos. Gracias por crear redes de cariño invisibles entre todas las personas trasplantadas y sus familias, en las que no pasa un día sin sentir agradecimiento. Qué honor que cada día en mi profesión, esté llena de grandes historias, de grandes personas generosas. Gracias por hacerme sentir orgullosa del trabajo realizado y sobre todo, por vuestra formidable lección de vida.
Autoría: Delicado M. Editora responsable: Verónica Tíscar.
Artículo con revisión editorial. No existen conflictos de interés en relación al presente artículo. Las opiniones expresadas son responsabilidad exclusiva de los/las autores/as y no reflejan, necesariamente, los puntos de vista de los/las editores/as. Artículo bajo licencia de Creative Commons: Reconocimiento 4.0 Internacional.
Este documento debe citarse como: “Delicado M. Una gran lección de vida [Internet]. Enfermería Activa del Siglo XXI: blog abierto; 27 de febrero de 2021. Disponible en: www.enfermeriaactiva.com”